martes, 20 de enero de 2009

ANÁLISIS DE LOS ROLES DE GÉNERO A PARTIR DE UNA OPERACIÓN

El hecho de realizarse una operación ha puesto en evidencia una serie de roles de género y de deconstrucción de la masculinidad que quizás no nos hemos puesto a reflexionar sobre ello.
El hecho parte desde la enfermedad misma, por lo general cuando una mujer está enferma, o va sola al médico o de lo contrario la acompaña otra mujer (por lo general, una amiga o familiar cercano). En el caso del varón, este prefiere ser acompañado por su esposa. Sería raro que otro varón lo acompañara. Para este tipo de casos, el varón busca la compañía femenina.
Por otro lado, cualquier enfermedad del varón que implique la zona de los genitales (pene, ano e incluso mamas) genera grandes temores respecto a su masculinidad y su capacidad reproductiva o dadora de placer. Es frecuente que el varón aplace la fecha para irse a atender ante el médico (aún más si el médico es mujer).
Si decide ir al médico, viene el siguiente temor: mostrar sus genitales ante el médico (varón o mujer). No sólo mostrarlos sino que además dejarlos manipular por el profesional. Quizás acá afloran estos temores de homosexualidad o acoso sexual respecto a su intimidad. Acompaña a este temor que el problema de salud afecte seriamente su vida sexual.
El siguiente paso es el examen por vía anal: tanto el examen manual que se realiza como en la introducción de cualquier objeto extraño (enema, laparoscopía, pinzas, etc). Además por lo general este examen se hace con apoyo de alguna enfermera o auxiliar que acompaña al médico. El temor al desnudo es natural en las personas sin embargo, por más uniforme que usen los profesionales de la salud, igual son personas.
Puede ser que el examen prostático pueda ser doloroso, pese al anestésico, pero creo que a algunos varones les duele más en el orgullo que en el ano… además tratan de que la menor cantidad de personas se entere, así cuidará de su masculinidad.
Luego viene la operación misma, par lo cual la posición ginecológica no parece ser para un varón ya que siempre está asociado al parto, tema muy alejado de un varón (por lo menos en la actualidad). Sentir como siente una mujer en esa posición, es acercarse a entender mejor este momento de madre que se gradúa cuando nace el hijo o hija.
Debo suponer que el miccionar echado le es mucho más fácil a la mujer que al varón, dado que nuestra posición es por lo general de pie.
Una operación en la zona anal que registre sangrado a un varón, lo aproxima a la experiencia de una mujer en sus periodos menstruales, más aún si el médico le indica la colocación de toallas higiénicas para evitar el manchado de la ropa interior. Definitivamente no es lo mismo, pero la aproximación es bastante cercana ya que además acompaña una serie de dolores en la cadera o zona baja.
Definitivamente la experiencia no es la misma pero aproxima a un varón a tener experiencias cercanas a las mujeres.
Para terminar, les dejo un ejercicio que he aplicado con jóvenes varones y mujeres y da resultados bien interesantes para entender “al otro” desde una perspectiva de género: Se les pide a los varones que escriban las ventajas y desventajas de ser varón y a las mujeres las ventajas y desventajas de ser mujer. Luego se les cambia las respuestas y leen lo colocado por el sexo opuesto. Es ponerse en el lugar del otro y entender que en cada grupo hay ventajas pero también desventajas que tienen que sobre llevarlas.

sábado, 17 de enero de 2009

EL DÍA QUE PERDÍ LA VIRGINIDAD


Esta es una historia basada en hechos reales pero algunos nombres y lugares han sido cambiados para no afectar la imagen de las personas e instituciones.
Eran finales del año 2008 y Siul Zelev está llevando un tratamiento por un problema de Salud que había estado mal durante más de un mes. El Dr. Curioso de la Famosa Clínica Santa Virginidad lo estaba preparando para uno de los exámenes más dolorosos e incómodo para todo varón: La Endoscopía abdominal baja o mejor dicho el examen por el recto…
Para esto se requiere no sólo una preparación física sino también mental porque es una prueba que puede afectar la masculinidad de cualquier varón. Le habían indicado alimentos blandos y el día previo del examen, realizarse un enema para limpiar la zona. Algunos de ustedes se ha puesto un enema??? No vale cuando eran pequeños. Ehhh
Para los que aún no se han aplicado un enema es como lavarse la boca, pero por el ano… Se deben introducir un tubito por el ano y luego ingresar cerca de medio litro de agua con sal (suero) y esperar que luego salga con todo, dejando limpio el lugar. Yo prefiero tomarme un buen laxante como Ricipur (Aceite de ricino) y al final tiene el mismo efecto, claro que se usa otra vía de ingreso.
Llegó el día del examen, Siul no había cenado la noche anterior, quizás por el efecto del laxante o por el temor de lo que le ocurriría el día siguiente. Era una persona muy sensible al dolor, que es diferente a ser cobarde. Se armó de energías y fue sólo a este examen. El médico lo esperaba con todos los equipos necesarios y con su asistente para esta prueba. No entraré en detalles para no herir alguna sensibilidad pero si les diré que el examen es bastante doloroso pese a que el médico aplicó anestesia en crema en la zona a examinar. Uno siente mucha presión y como van ingresando en ti, lentamente. Es obvio que después de esta intervención, Siul no se podrá sentar por lo menos por un buen rato. Además el medico aprovechó la oportunidad para revisar la próstata (técnica donde introduce DOS dedos por el ano y toca la próstata).
El diagnóstico indicaba una operación en la zona perianal, así que Siul se tenía que resignar a realizarse esa operación, perdiendo finalmente su “virginidad” que el se había propuesto quedar así hasta el final. (la virginidad se refiere a cualquier hecho que demandara una operación, corte, extracción o similar). Siul se había prometido no operarse de nada hasta su muerte.
Fue sorpresiva la noticia de la Clínica para que Siul sea operado al día siguiente, es decir un día después de que le informaron que debía operarse. No se sentía del todo preparado, pensando que el trámite con el seguro demandaría de 3 a 5 días. Ahora la modernidad y la interconexión hacen que algunas cosas sean muy rápidas. Ahora se preguntaba: Que tengo que llevar? Como será? Me pondrán anestesia local, general o la famosa epidural. El médico y el anestesiólogo opinaban que sería mejor la epidural.
Resignado con el temor natural, se presentó a la Clínica con su maleta de cosas y útiles de aseo. Lo primero fue realizarse varios exámenes llamado como el pre operatorio: Sangre para evaluar VIH, de la oreja para ver la coagulación, orina, presión arterial, peso, etc.
Le comunicaron que la operación sería a las 2 de la tarde, eran las 10 de la mañana y lo ubicaron en una habitación. La espera siempre se hace larga (más aún si no has comido nada desde el día anterior). Las enfermeras preparaban todo: temperatura, presión arterial. Luego vinieron dos personas y le vendaron las piernas además de ponerle unas botas de tela, y ponerle un ridículo gorro de tela de color blanco
Llegó la hora, Siul fue pasado a una camilla y llevado a la Sala de Operaciones, sólo podía ver pasar uno a uno los focos blancos sobre él… misma película de terror. La posición para la operación fue la ginecológica, como cuando dan a luz las mujeres. Previo a esto, le colocaron la epidural que realmente si siente algo de dolor; una hincada, una presión fuerte y como ingresa un líquido, luego de ello, se pierde sensibilidad en las piernas y zona baja: listo para la operación. A pesar que ya no se siente dolor si puedes percibir como el médico corta y corta… la operación duró poco más de una hora y al terminar pudo ver la gran cantidad de sangre que había manchado su bata, motivo por el cual se le cambió de bata. Realmente tanto el médico, el anestesiólogo y las enfermeras fueron muy atentas.
Los efectos del anestésico duran por lo menos 4 horas, por lo que aún no se siente la magnitud de la operación. Esa noche realmente no pudo dormir casi nada, ya sea por que el dolor y sobretodo la incomodidad de tener colocado un gran apósito en la zona operada es muy extraño. Tuvo un serio problema para miccionar (hacer la pichi) echado… le fue prácticamente imposible hacerlo y ya comenzaba a tener dolores de vejiga. Llamó a la auxiliar para decirle su problema y ella muy “buena gente” le abrió el caño del lavatorio para “promover” la orina… imposible!”!! Traten ustedes (los varones) de hacerlo echado, verán que no es tan fácil como parece. Al no poder más, le pidió a la auxiliar que lo ayude a ponerse de pie, ella dudó un poco, pero no había otra opción. Aún así, le fue algo difícil pero al final salió el milagroso fluído… que alivio….!!!! Esto ocurrió 3 VECES en la noche… Tenía una sensación extraña al miccionar, sentía que le fluía mucho líquido por la zona operada, luego pudo informarse que era un dren para que elimine todo el líquido acumulado en la zona (era como orinar por dos lados).
Amaneció por fin, sólo faltaba la última prueba de valor, que le retiren el apósito para ver como está la herida… otra experiencia muy dolorosa porque se había pegado en la zona.. pero que alivio luego de no tener nada colocado en esa zona.
Con esto culmina esta pequeña historia…
Att

Siul Zelev