miércoles, 27 de abril de 2011

BITÁCORA DE UN VIAJE AL SUR


1ER DÍA

LA PARTIDA

Me levanté muy temprano para acudir a una cita esperada, acordada con mucha anticipación, donde un grupo de personas con experiencias de vida muy diversas, nos unía una palabra en común: LA FACILITACION.

El encuentro de este Taller-reunión era en un lugar donde tengo gratos recuerdos de mi pasado, trabajando con jóvenes e incluso compartiendo con mi hija y sus amigos de promoción un Campamento juvenil. Esta bella zona, en la parte alta del pueblo de Mala, conocida como “El Balcón del Cielo”, se llama AZPITIA. Lugar poco frecuentado en épocas del año pero que apunta a ser un foco turístico y de relajo para las familias de Lima y alrededores. Este valle se alimenta del río Mala y las campiñas producen diversas frutas, entre ellas manzanas, duraznos, peras, granadas y el infaltable vino del lugar. La producción de vino y pisco es semi artesanal pero de gran calidad y a muy bajo costo. Los Clubes campestres ya comienzan a crecer y se preparan para recibir a los visitantes que por Semana Santa eligen este lugar para descansar del movimiento de Lima aprovechando el feriado largo.

Azpitia está ubicado a una hora y 45 minutos de Lima. Uno puede tomar el famoso “Maleño” o puede optar por ir a una Empresa de buses que van a Ica y bajarse en Bujama para luego tomar un colectivo hasta Mala y abordar la combi que sube a este bello lugar.

Me levanté muy temprano, como todos los días para ir a mi trabajo. Sin embargo, el sábado te invita a quedarte en cama y dormir un poco más. Pero yo ya tenía un compromiso, así que me puse mi ropa deportiva, con el infaltable gorro y mi mochila campera y salí raudo al paradero.

La cita era a las 7:30 de la mañana en la Casa DH (De Hans) para de allí partir al Soyuz. Eran las 7 y seguía en el paradero de Ventanilla, a una hora del punto de Encuentro. No me quedó otra alternativa que tomar el primer carro que me saque de Ventanilla y me acerque a punto de encuentro. Para mi mala suerte, el carro que tomé me dejó a 3 cuadras de la casa de Hans y era cerca de las 8:30 de la mañana. Sólo me quedaba el roche por la demora, que no es parte de mi característica, pero que en esta ocasión no podía negar. Los miembros de la Asociación ya se encontraban en la calle, llamando al taxi (que roche) así que acelerar el paso y sumarme a la comitiva.

La gente está emocionada, pero no veo a todos los que iban a ir. Espero que el resto ya esté en la Agencia. El tiempo es oro y tenemos que sacarle provecho al máximo. Así nomás no logramos juntarnos todos los integrantes de la Asociación para dedicarle un fin de semana a este trabajo. Tres integrantes han declinado: David que no pudo confirmar porque para viajando por su trabajo, Pepe que a última hora se le presentó una tarea no prevista que le impide estar con nosotros y Segundo Villanueva. Ya son tres menos de 11 que somos. Sin embargo está yendo Katherine, colaboradora y apoyo para la parte de registro y logística de la Asociación. También está yendo el Hijo de Giancarlo, quien pondrá la cuota infantil al grupo. No quiero decir que todos los que vamos somos “tíos”, estoy convencido que cada persona lleva un “niño” dentro y eso lo vamos a poder ver en este fin de semana.

Por fin llegamos a la agencia y nos acercamos a sacar nuestros pasajes: Estaban más caros de lo previsto (porque esta es una salida austera) así que optamos por tomar el mismo Bus de la Empresa pero en la calle. En la esquina de la misma agencia el pasaje cuesta menos: increíble!!!


SALIDA A NUESTRO DESTINO

Las conversaciones eran de a dos y ocasionalmente, grupales. Llegamos rápidamente a nuestro destino, que era la playa Bujama. Al parecer, este era el punto de encuentro con Alexandra. Esperamos y esperamos… y seguimos esperando… y nada. Hans la llamó y recién estaba en camino al punto de referencia. Así que decidimos avanzar al destino final: AZPITIA. Tuvimos la suerte que los colectivos que iban a Mala podían llevarnos directamente hasta el Club “Paraíso Azpitia”. Sale un primer auto con dirección a Mala para ir al cajero y surtirse de efectivo que les permita la compra de las bebidas espirituosas del lugar. Esperamos un momento y partimos en el segundo auto. La ruta es ingresar desde la panamericana Sur al pueblo de Mala, para luego cruzar San Antonio, llegar al pueblo de Flores y finalmente a Azpitia. El trayecto es de 15 minutos aproximadamente, sin embargo nuestro chofer se pasó la entrada del local e incluso salimos de Azpitia, pero nos permitió conocer toda la zona de una manera muy rápida.


LLEGADA AL CLUB

Esta foto nos muestra la llegada al Club y la forma de cómo nos impresionó gratamente la zona y las instalaciones. El día promete pero el tiempo transcurre rápidamente.

Para ganar tiempo, el trabajo se inicia casi inmediatamente. Con las maletas a un lado de nosotros, tomamos uno de los salones y nos pusimos a calentar el ambiente. Se inicia con un breve análisis de la coyuntura internacional y nacional, a cargo de Giancarlo, gran conocedor de estos temas. En ese lapso llega nuestra amiga Alexandra y se incorpora al grupo. Cabe señalar que ante nuestro pedido de contar con el apoyo externo de un Facilitador de Facilitadores que se haga cargo de este taller, quedó desierto (será por temor a estos tigres de la facilitación?), es que nuestra amiga Alexandra asume el rol de Facilitadora del Grupo, con bastante acierto y habilidad (no por algo es miembro de la Asociación).

Revisamos nuestra Visión y Misión y luego de una ardua lluvia de ideas, llegamos a un consenso importante: YA TENEMOS CLARA NUESTRO NORTE A SEGUIR. No crean que esto haya sido una tarea fácil, dado que con toda la información y experiencia que se tiene en este grupo, las ideas se debaten con intensidad, al punto de ponernos de pie para sustentar nuestros planteamientos. La primera parte ya está avanzada, pero aún faltan más temas a tratar.

Los contenidos y productos teóricos no son parte de esta historia, por lo que no se mencionarán al nivel del detalle.


EL ALMUERZO

Por fin llegó el almuerzo, esperado por todos con muchas ansias alimenticias. El clima, la naturaleza más el aire fresco, hace que el apetito sea más intenso.

Luego de este reparador almuerzo, damos la caminata respectiva para la digestión y nos dirigimos a otro Club cercano, llamado “El Mayoral de Azpitia”, que es lugar donde nos vamos a alojar dado que el Paraíso aún no cuenta con alojamientos. Este Club es muy amplio y cómodo, además de contar con piscina, jacussi, sala de juegos entre otras bondades. Lamentablemente, solo vamos a usar las habitaciones que son muy cómodas, con agua caliente y cable (la habitación de las chicas no tenía, que pena). Entramos en 3 habitaciones: 2 triples y una matrimonial (luna de miel para Hans y Miriam).


EL TRABAJO CONTINÚA

Sin embargo, el trabajo debe de seguir, aún tenemos tareas que cumplir y para ello, Alexandra nos exige con mucha precisión. La tarde resulta bastante provechosa ya que pudimos cumplir con el programa del 1er día con bastantes productos. Lamentablemente, nuestro amigo Rodrigo se tiene que regresar a Lima porque al día siguiente tiene que dictar clases, así que damos la despedida (claro, luego de la cena) y le agradecemos por los acertados comentarios y aportes que brindó ese día. Pese a ello, si bien es cierto, terminamos la parte del trabajo, aún el día no termina y hay que aprovecharlo al máximo.


APROVECHANDO LA NOCHE

Regresamos al pueblo de Azpitia con dirección al club donde nos vamos a alojar pero antes de ello, pasamos por una casa donde venden el buen vino de la zona. Lamentablemente sólo compramos 2 botellitas para compartirlas en el grupo y para ello, nos vamos cerca de la piscina. El vino ayudó a que la gente se relaje, algunos más que otros, al punto de casi quedarse dormidos.

Ya sea por el efecto del vino o porque el aire y tranquilidad de la zona, las personas pueden relajarse con mucho placer. Sin embargo, el objetivo de ese momento era compartir más allá de los conocimientos que todos llevamos productos de experiencias muy heterogéneas pero ricas en aprendizaje. Es por ello que alguien (no recuerdo exactamente quién) propone un juego que los adolescentes de nuestra época (y quizás más atrás) jugaban, antes de la famosa “botella borracha”. El juego se llama: “Verdad y Consecuencia”. Este sencillo juego consiste en que todo el grupo deberá poner sus manos en una torre (una mano sobre otra) pero las manos de la misma persona no pueden ir juntas. Luego de ello, una persona dice un número y vamos sacando la mano hasta encontrar la mano que está en esa posición (número mencionado). Al dueño de la mano se le pregunta: verdad (se le hace una pregunta y debe contestar con la verdad) o consecuencia (se le impone un castigo). Es así que el juego comienza a ponerse interesante cuando las preguntas van subiendo de tono; de muy indiscretas pasando por íntimas para llegar a fantasías o deseos ocultos. No se imaginan las cosas que pudimos conocer de nuestras amigas y amigos. Pero para asegurar el secreto, se plantea que lo que se dice allí, pues allí se queda, por lo tanto no podrán saber qué respondieron las personas. Este juego despertó al más cansado al punto que ya no querían irse a descansar pese a que el vino se terminó e incluso se pidió otro vino al club. La moraleja de esta parte es cuanto desconocemos de la otra persona que conocemos en una fase de ámbito más laboral pero que lleva consigo cosas muy interesantes como parte de su personalidad. Entendemos que todos dijeron la verdad como principio pero personalmente me permitió conocer los sentimientos, afectos, penas y pasado de algunas de las personas que compartieron mucho de ellas y ellos, lo cual nos compromete mas como grupo y nos acerca como seres humanos, despertando quizás la cualidad que nuestra Asociación ha reconocido en la visión y misión: la calidez humana, gente con gran sensibilidad, pero finalmente seres humanos completos y con temas comunes entre nosotros.

Esta parte no lleva fotos por razones obvias y salvaguardando la integrad y privacidad de las personas que vivimos este intenso momento. Sólo nos faltó una fogata para cerrar el pacto a través de la luz que nos lleve por el camino de la Facilitación en el país…


SEGUNDO DIA

RETOMANDO EL TRABAJO

Nos comprometimos a levantarnos temprano pero lamentablemente, no fue tan fácil, luego de irnos a acostar cerca de la 1 de la mañana y antes de dormir, hacer las bromas respectivas en las habitaciones.

Comenzamos con un rico desayuno y unos tamales que fueron traídos desde Azpitia el día anterior. Esto nos dio las energías necesarias para retomar el trabajo y elaborar nuestro plan de trabajo con los ejes estratégicos así como varios compromisos por desarrollar este año y los que vengan.


NO TODO ES TRABAJO

Culminamos rápido el trabajo porque queríamos darnos un tiempo para aprovechar las instalaciones y relajarnos un poco, así que la parte casi final fue desarrollar un conjunto de técnicas motivadoras que aportan al espíritu de cooperación para cada uno de los integrantes. Para ello, se dieron las pautas y pasamos de la teoría a la práctica y vivencia directiva pero a la interacción entre nosotros mismos. Se realizaron un conjunto de juegos cooperativos y para muestra, uno de ellos, llamado: atrapa la cola.

Luego de estos ejercicios, la infaltable piscina, donde la mayoría se pudo refrescar, inclusive algunas personas que no llevaron ropa de baño y otros hasta se sacaron la truza de baño y la mostró a todos (adivinen quien fue) Fue una mañana agradable y placentera!!!


EL FINAL 1

Pero todo tiene su final, incluso las cosas buenas, así que nos despedimos con un delicioso almuerzo y posamos para la foto de cierre del Taller con el maravilloso fondo del valle…

Luego de ello, nos despedimos de nuestros anfitriones quien nos regaló un presente como recuerdo de nuestra visita y con la invitación de volver nuevamente a este impresionante y bello lugar. Así que muy pronto puede haber: AZPITIA 2….


EL FINAL 2

Sin embargo, este no fue el final. Se presentó la oportunidad de visitar el nuevo Parque de Cuerdas que ha diseñado la Asociación Cristiana de Jóvenes del Perú (más conocida como YMCA) aún no estrenado oficialmente. Para ello, el Director del Centro de Formación Outdoor Learning - Parque de Cuerdas nos esperaba en las instalaciones, que comprende además siete módulos sencillos para pernoctar y realizar talleres. El Director fue nuestro guía para ingresar al Parque. El camino era un poco difícil pero al llegar, uno se impresiona con las dimensiones de su torre de madera (cuerdas altas) que forman parte de una serie de desafíos y juegos de aventura para equipos de alto rendimiento. Puedo casi asegurar que no existe en el Perú otro parque parecido a éste (a excepción del que cuenta el Ejército) que sea abierto al público. Es necesario verlo en persona para quedar impresionado por este trabajo. Nos comentaba el Director que la construcción fue asesorado por un grupo de expertos facilitados por la ACJ de Alemania, quienes cuentan con un parque similar de cuerdas bajas y altas en la ciudad de Karlsruhe. Entre expertos peruanos y profesionales peruanos ayudaron a levantar el Parque y se quedaron un mes en el Centro de Formación de Azpitia para poderlo terminar. Sólo coloco un par de fotos para que vean lo asombroso de este parque.

Esperamos que este parque se inaugure pronto y poder vivir la experiencia de trabajar en equipos para enfrentar diversos retos, siendo el primero de ellos, vencer al temor de las alturas. Será un éxito cuando este servicio se ofrezca al público y la zona de Azpitia se volverá un punto infaltable para los escaladores y los que gustan de la aventura y emociones fuertes.

Sin embargo, esto no era todo, al costado de este parque había otro, donde con juegos menos complejos pero si retadores motivaban a sacar nuestro niño interno y divertirnos de lo lindo. Muestra de ello, paso a sacar algunas fotos donde los “adultos” imitaron a personajes de nuestra infancia y nos trepamos de lo lindo.


FINAL FINAL… HASTA AZPITIA 2

Las fotos seran colocadas en un album del face y aprovecho para agradecer a Katherine Morales quien aporto no solo con su presencia sino con buena parte de las fotos.

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