El ser humano está en constante cambio,
como una forma de irse adaptando al mundo en el que vivimos y que es cada vez
más acelerado.
El entrenamiento deportivo no está exento
de esto y como proceso pedagógico dirigido a lograr los más altos resultados de
los deportistas, requiere de una adecuada dirección, al condicionarse un
elevado nivel inherente al desarrollo físico, técnico- táctico, psicológico y
teórico del deportista, que lo implica total e inevitablemente como un ser
psicológico en tanto, se comporta según sus condiciones de ser humano, con una
psiquis que lo guía y lo regula en esa actividad de acuerdo a la forma en que
haya sido educada y desarrollada.
Diferentes autores, se han referido a la
preparación psicológica como eslabón importante en la preparación general del
deportista, Balaguer (1994), refiere que la preparación psicológica por sí sola
no proporciona una mejoría del rendimiento si las condiciones físicas, técnicas
y tácticas necesarias no están presentes. El autor Martinó (2008) expresa: “La preparación psicológica es, pues, el colofón de la preparación de los jugadores
(…), implicando en sí, todos los tipos de preparación (…).” Asume además que la insuficiencia en la preparación psicológica puede
ocasionar falencias físicas, técnicas y tácticas, que traen como consecuencia
el fracaso en el juego.
Otros autores, entre ellos Veloso,
Rodríguez & Bello, señalan que la preparación psicológica es el proceso
dirigido al desarrollo de un conjunto de cualidades y habilidades psíquicas del
deportista con el fin de crear un estado de disposición óptimo, que garantiza
su actuación acertada y confiable, tanto en condiciones de entrenamiento como
de competencia.
Por su parte Cañizares (2008) expresa que:
“La preparación psicológica está dirigida a optimizar los procesos y
cualidades psíquicas del sujeto para lograr la disposición requerida que le
permitirá enfrentar con éxito la asimilación de las cargas del entrenamiento y
su participación en la competencia deportiva.”
Como se aprecia, los autores consultados
acerca del tema, coinciden al plantear que la preparación psicológica forma
parte del contenido de todos los períodos y etapas que comprende el proceso de
entrenamiento deportivo y se orienta a la creación, mantenimiento y
recuperación del estado de disposición psíquica del deportista para participar
en competencias y mostrar un mejor resultado.
Las tareas primordiales a desarrollar por
el psicólogo del deporte, estarían encaminadas a orientar al entrenador sobre
temas relacionados con el manejo de comunicación, uso de refuerzos, además de
forma muy específica la motivación y la metodología del entrenamiento.
Del mismo modo, Sainz (2010) plantea que
los Psicólogos son los responsables de: “Asesorar y controlar el
proceso de la preparación psicológica de forma eficiente en los equipos
deportivos, interviniendo de forma directa en aquellos casos que se presenten
dificultades poco comunes, que requieran de su participación directa, por
exceder la amplitud o naturaleza del problema constatado a los conocimientos y
habilidades del entrenador, siempre que así lo solicite.”
En tal sentido, García acota que: “El psicólogo del deporte es un colaborador
del entrenador en pos del rendimiento deportivo, al igual como se entrenan las
habilidades físicas lo mismo ocurre con la habilidades psicológicas (cognición,
emociones, conducta, motivación, activación, conciencia, imaginación,
concentración de la atención, comunicación) el control de estas variables nos
aseguraran el futuro éxito deportivo.”
Como se aprecia, los autores consultados
comparten la idea de que el psicólogo del deporte constituye un asesor y
colaborador del entrenador en aquellas tareas inherentes a la gestión del
componente psicológico en los deportistas.
Por su parte, Acosta (2004) considera que
la intervención del psicólogo durante el proceso de entrenamiento debe ocurrir
de manera sistemática para fortalecer el sentimiento de competitividad de él o
los deportistas, reforzando así la autoestima. Agrega que: “(…) debe ser capaz de provocar cambios actitudinales en sus deportistas
favoreciendo un clima psicológico positivo, descentralizando un poco el control
y trasladándolo parcialmente a los deportistas, (…), y generalizando tareas de
entrenamiento muy particulares hacia la cooperación y la integración del
grupo.”
En resumen, las funciones del entrenador refiere a que son los responsables -con la
asesoría axiomática del especialista en Psicología- de planificar, organizar,
ejecutar y controlar de forma integral y sistemática las tareas de la
preparación psicológica del deportista con su equipo.
Las funciones
del psicólogo del deporte, son de brindar asesoría sistemática al entrenador
durante el proceso de preparación psicológica en los equipos deportivos, interviniendo de forma directa en aquellos casos
que requieran de su participación por exceder la profundidad del problema
constatado a los conocimientos y habilidades del entrenador, además de
controlar consecuentemente dicho proceso de preparación.
Es evidente que aún la mayoría de los
deportistas y equipos, no disponen de un especialista en psicología deportiva,
de ahí que los entrenadores requieran de una superación sistemática y
actualizada en los contenidos de esta rama, los que le resultan imprescindibles
para garantizar un proceso de intervención pedagógica de más calidad, sin que
esto signifique hacer roles de psicólogos.
Conclusiones
Hoy, el reto es avanzar
en lograr un mínimo común denominador que convoque a los profesionales que
integren el cuerpo técnico y médico a un mismo y único objetivo, donde el
deportista sienta que los discursos -tanto del entrenador como del especialista
en psicología no son antagónicos- sino una integración para que el deportista
optimice el rendimiento que lo conduzca a la obtención de mejores resultados
deportivos.
[1] Elaborado por Luis Vélez Huatay, Psicólogo Social y especialista en el
trabajo con adolescentes y jóvenes.
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