miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA IMPORTANCIA DEL ACOMPAÑAMIENTO: REFLEXIONES TEÓRICAS DESDE LA EXPERIENCIA



He tenido la grata oportunidad de acompañar diversas experiencias organizativas de jóvenes. Cada una de ellas con sus propias características, nI mejores ni peores, simplemente diferentes entre si. Tal experiencia acumulada durante mas de 15 años en esta labor y en diversos lugares del país, me motiva a reflexionar sobre la necesidad de escribir al respecto y me planteaba la pregunta: ¿qué significa acompañar a jóvenes?? Trataré de hacer algunas aproximaciones teóricas.

Trabajar con jóvenes significa relacionarse con ellos como individuos, es decir, con cada persona individual, y todo lo que ello significa (su mundo personal, sus ideas, pensamientos, temores, alegrías). Pero también implica acercarse como fenómeno social, como categoría “Juventud”. Esto implica trabajar a dos niveles y nos permite reflexionar sobre lo siguiente:

Los logros que se dan en la relación con la persona joven deben ser evaluados también a un nivel más amplio, debe estar presente la percepción de la dinámica social más amplia que esto significa, de la categoría social a la que pertenece.

Del mismo modo, los problemas del grupo social no se solucionan acompañando sólo algunos individuos o grupos, esperando que esto comience a aumentar y reproducirse. Por más cantidad de acompañantes que hayan no debe de enfocarse únicamente desde el punto de vista individual.

Es por ello que un acompañante tiene la responsabilidad de ayudar a un grupo en la identificación de los objetivos, intereses y expectativas comunes y de trabajo para lograr la interrelación entre los proyectos individuales y un proyecto colectivo que permita a los jóvenes pensar y sentir como sujetos sociales.

La relación entre el acompañante y los jóvenes se establece como seres humanos, rara vez llega a ser horizontal, por más que se quiera. Un acompañante es un referente para sus interlocutores y tiene la responsabilidad de promover en ellos el pensamiento autónomo. (“Yo no trabajo para ti, sino contigo”).

La voluntad de compartir la experiencia y motivación del acompañante debe ser constante y al servicio del joven sin transformarse en normas rígidas. Para ello debe (de) establecerse una relación dialéctica y constructiva sin oponerse, requiriendo de una identidad personal firme e integral. Un individuo seguro. Esto indica que hay una relación de respeto mutuo y confianza en el otro.

No es una simple transferencia de conocimientos, sino un proceso educativo que se da en un espacio social determinado y se establecen relaciones constructivas con los otros.

El rol del acompañante es el de facilitar la creación y el mantenimiento de estos espacios, valorando las potencialidades positivas y los saberes de cada participante para alcanzar metas comunes. En la interacción cotidiana con los jóvenes, el acompañante va definiendo su papel buscando siempre los ajustes necesarios.

La expresión “acompañante” indica una ubicación y un papel complementario, solidario, con iniciativa. Sugiere además pertenencia orgánica sin distancia de función pero sin tarea especifica y sin insinuar un poder basado en el saber o en el hacer. Personalmente, considero que el lugar del acompañante no es (ni) dentro de la organización (ni delante ni detrás),sino al lado de esta. Debe estar presente cuando se le requiera pero no hacerse necesario para la organización.

El contenido central del acompañante y de su identidad, es su modo de educar, su disposición y disponibilidad a colaborar en la autoformación del actor social joven, sin renunciar ante la exigencia.

El acompañante es una categoría que expresa un proceso de formación, organización y educación tanto del joven como de él mismo.

La palabra “colaborador” viene de colaborar, es decir laborar juntos, trabajar juntos, sufrir juntos, y a la vez indica que el otro, el sujeto joven, es el actor principal de este trabajo conjunto.

El acompañamiento es una forma de relación social que se establece entre dos o mas personas para brindarse apoyo reciproco y lograr algo juntos.

El proceso de colaborar se concretiza en la diversidad de acciones que responden a las necesidades de las organizaciones. Si estas acciones se encadenan unas con otras, entonces se convierten en un medio para conseguir algo más amplio, más sostenido en el tiempo, es decir, en un proceso social.

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